Un estudio científico reciente ha identificado a la vitamina D como la clave para disminuir de forma significativa la probabilidad de sufrir infartos y otras patologías del corazón, gracias a su papel hormonal y sus múltiples beneficios para el sistema cardiovascular y muscular.
Descubrimiento que podría cambiar la prevención cardiovascular
Investigadores de diversas instituciones internacionales han publicado un hallazgo que destaca a la vitamina D como un factor protector contra los infartos y enfermedades cardíacas. Los resultados, obtenidos a partir de amplios cohortes y análisis estadísticos, demuestran que mantener niveles adecuados de esta vitamina reduce notablemente la incidencia de eventos cardiovasculares.
¿Por qué la vitamina D actúa como una hormona?
Más allá de su conocida función en la absorción de calcio, la vitamina D es considerada una hormona esteroidea que regula la expresión genética en numerosos tejidos. Expertos explican que su acción se extiende al sistema inmunitario, al metabolismo de la presión arterial y a la función endotelial, factores directamente vinculados a la salud del corazón.
Beneficios comprobados para el corazón, cerebro y músculos
- Disminución del riesgo de infarto en hasta un 30 % entre personas con niveles óptimos.
- Mejora de la función endotelial, reduciendo la formación de placas ateroscleróticas.
- Reducción de la inflamación sistémica, un factor de riesgo para la enfermedad coronaria.
- Apoyo a la salud cerebral, favoreciendo la neuroprotección y la memoria.
- Fortalecimiento muscular, lo que contribuye a una mayor capacidad aeróbica.
Cómo asegurar una ingesta adecuada
La principal fuente de vitamina D es la exposición moderada al sol. Además, alimentos como pescados grasos, huevos y lácteos fortificados aportan cantidades relevantes. En casos de deficiencia, los suplementos orales son recomendados bajo supervisión médica, con dosis que varían según edad, peso y exposición solar.
Recomendaciones prácticas
- Realizar chequeos de niveles séricos de vitamina D al menos una vez al año.
- Consultar al profesional de salud antes de iniciar suplementación.
- Combinar exposición solar segura con una dieta equilibrada.
- Mantener hábitos de vida saludables: ejercicio regular, control del estrés y evitar el tabaquismo.