Telescopios de todo el mundo capturaron la impresionante desintegración del cometa interestelar 3I/ATLAS. La NASA difundió imágenes inéditas del evento, mientras científicos de Harvard señalan anomalías que podrían redefinir la comprensión de los cuerpos interplanetarios.
Desintegración observada en tiempo real
Durante la última noche, varios observatorios terrestres y espaciales registraron que el cometa 3I/ATLAS comenzó a fragmentarse de manera violenta, desprendiendo nubes de polvo y pequeños fragmentos que se dispersaron rápidamente. Las imágenes mostraron una cabeza cometaria que se desvanecía, dejando una estela luminosa que se disipó en cuestión de minutos.
Imágenes inéditas publicadas por la NASA
La agencia espacial estadounidense compartió, a través de su portal NASA Ciencia, una serie de fotografías tomadas desde distintas perspectivas: telescopios orbitales, la sonda Voyager y el observatorio Hubble. Estas imágenes revelan la estructura interna del cometa y la velocidad a la que los fragmentos se alejaron, ofreciendo datos cruciales para modelar la dinámica de cuerpos interestelares.
Visión múltiple desde la cercanía de Marte
Un segundo informe, publicado por CNN en Español, mostró cómo el cometa pasó cerca de la órbita de Marte antes de desintegrarse, permitiendo a las misiones marcianas captar su tránsito. Los observadores marcaron la fecha como un punto de referencia para futuros estudios de objetos que cruzan el Sistema Solar.
Perspectiva académica: la anomalía señalada por Harvard
Investigadores de la Universidad de Harvard, citados en La Nación y La Voz del Interior, describieron una “anomalía” en la composición química del cometa, detectada mediante espectroscopía infrarroja. Según el científico principal, la aparición de moléculas de agua y compuestos orgánicos inesperados sugiere que 3I/ATLAS podría haber sufrido procesos de calentamiento previo a su llegada, lo que plantea preguntas sobre su origen interstellar.
Importancia del hallazgo
El episodio de desintegración proporciona una oportunidad única para estudiar la física de los cometas en tiempo real. Los datos recopilados servirán para mejorar los modelos de trayectoria y riesgo de impacto, y podrían aportar pistas sobre la formación de sistemas planetarios fuera de nuestro propio entorno galáctico.