En los últimos 24 meses el crédito al sector privado argentino se ha duplicado, según el Banco Central, pero la expansión sigue muy por detrás de la de Brasil, México o Colombia. Este crecimiento moderado se acompañó de una morosidad estable y de una reciente alza del 1,3 % en septiembre, mientras el dólar mostró relativa calma.
Duplicación del crédito en dos años
Según los últimos datos publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), el total de crédito concedido al sector privado se ha duplicado en los últimos dos años. Este salto refleja la recuperación de la demanda interna y la puesta en marcha de nuevos instrumentos de financiación por parte de los bancos.
Crecimiento reciente: +1,3 % en septiembre
El informe de Los Andes informó que en septiembre de 2025 el crédito al sector privado creció un 1,3 % respecto al mes anterior, impulsado principalmente por préstamos a micro y pequeñas empresas.
¿Qué implica este aumento?
El crecimiento del crédito favorece la inversión productiva, la generación de empleo y el consumo de los hogares. Sin embargo, el ritmo es todavía bajo si se compara con los principales vecinos latinoamericanos, donde el crédito al sector privado creció entre el 3 % y el 5 % anual y representa una mayor proporción del PIB.
Comparación regional
En Brasil, México y Colombia el crédito privado supera el 30 % del PIB, mientras que en Argentina se mantiene alrededor del 20 %. Esta diferencia se traduce en una menor capacidad de financiación para empresas y familias.
Morosidad y estabilidad del dólar
La morosidad de los préstamos a hogares y empresas ha permanecido estable, situándose en niveles ligeramente superiores a los de 2023, pero sin presentar aumentos bruscos. Al mismo tiempo, el tipo de cambio mostró una calma relativa, lo que redujo la presión inflacionaria sobre los importes de la deuda.
Perspectivas
Los analistas del sector coinciden en que, para cerrar la brecha con la región, Argentina necesita un aceleramiento sostenido del crédito privado**, acompañada de políticas que mantengan la estabilidad macroeconómica y reduzcan la morosidad.
En este contexto, los bancos continúan impulsando el crédito a empresas y familias, especialmente tras la reducción del financiamiento estatal, lo que abre nuevas oportunidades para el crecimiento económico del país.