A sus 79 años, el ex presidente Donald Trump vuelve a estar bajo la lupa de médicos, opositores y medios que cuestionan su vitalidad para un eventual nuevo periodo al poder, mientras la temporada de días más cortos intensifica el debate sobre el envejecimiento en la política.
Contexto y edad del ex mandatario
Donald Trump nació el 14 de junio de 1946, lo que lo convierte en 79 años en la actualidad (26 de noviembre de 2025). Su paso por la Casa Blanca (2017‑2021) y los rumores sobre una posible candidatura en 2028 han reavivado el debate sobre la capacidad física y cognitiva de los líderes mayores.
Señales de fatiga y análisis médico
Diversos expertos en gerontología y medicina interna señalan que el envejecimiento afecta la resistencia, el sueño y la velocidad de reacción. En entrevistas recientes, se ha observado que Trump presenta ritmos más lentos al caminar y cambios en la expresión facial que podrían asociarse a la fatiga. Estudios médicos publicados en revistas como *JAMA* indican que la pérdida de fuerza muscular y la alteración del ritmo circadiano son comunes a partir de los 70 años.
Reacción de los medios y la polémica
El periódico The New York Times publicó un artículo calificándolo de “difamatorio” por mencionar la edad como factor de vulnerabilidad. Trump respondió con una demanda, alegando que el reportaje atenta contra su reputación. Otros medios, como La Nación y Clarín, han analizado la agenda más corta de su campaña, destacando que los días más cortos del invierno pueden empeorar la sensación de cansancio en personas mayores.
Impacto político y social
La discusión no se limita a la salud personal; implica la capacidad de gobernar en un mundo que demanda respuestas rápidas a crisis climáticas, tecnológicas y geopolíticas. Organizaciones de derechos civiles y grupos de vigilancia electoral han pedido mayor transparencia en los exámenes de salud de los candidatos mayores.
Conclusión
Mientras la población estadounidense y la comunidad internacional observan con atención, la edad de Trump sigue siendo un tema central en la conversación política, impulsando un debate más amplio sobre el envejecimiento de los líderes y la necesidad de mecanismos claros para evaluar su aptitud.