Los depósitos en dólares de los bancos argentinos alcanzaron un nuevo máximo histórico, superando los US$35.500 millones, la mayor cifra registrada desde el fin de la convertibilidad en 2002, según los últimos datos del Banco Central.
Un hito histórico para la economía argentina
En los últimos meses, los depósitos en dólares mantenidos en el sistema financiero nacional superaron la barrera de los US$35.500 millones, marcando el nivel más alto desde la eliminación de la convertibilidad en 2002. Este salto refleja la creciente preferencia de los ahorristas por refugiar sus recursos en moneda extranjera frente a la alta inflación y la volatilidad del peso.
¿Qué son los depósitos en dólares?
Los depósitos en dólares son los recursos que los clientes depositan en sus cuentas bancarias expresados en moneda extranjera, principalmente dólares estadounidenses. Estos fondos son una forma de proteger el poder adquisitivo, ya que el dólar suele ser más estable que la moneda local en economías con alta inflación.
Factores que impulsan el récord
- Inflación persistente: La inflación anual supera el 140 % y erosionó el valor del peso, incentivando la dolarización de los ahorros.
- Tipo de cambio oficial y paralelo: La brecha entre ambos mercados genera incertidumbre, favoreciendo la acumulación de dólares en el sistema bancario.
- Política monetaria restrictiva: Las altas tasas de interés de los bonos en dólares hacen atractivo mantener fondos en la moneda fuerte.
Comparación con años anteriores
Desde la convertibilidad, los depósitos en dólares habían rondado los US$30 mil millones en promedio. El último récord alcanzado en 2019 fue de aproximadamente US$32 mil millones. La nueva cifra, por encima de US$35 mil millones, supone un crecimiento de más del 10 % respecto al máximo anterior.
Implicancias para el futuro
Este aumento implica una mayor exposición del sistema financiero a riesgos externos, como la devaluación del dólar o la variación de los precios internacionales de commodities. Al mismo tiempo, eleva la presión sobre el Banco Central para gestionar la liquidez sin comprometer la estabilidad del mercado cambiario.
Expertos advierten que, si bien la dolarización brinda una red de seguridad para los ahorradores, también puede limitar la efectividad de la política monetaria y dificultar la recuperación del tipo de cambio real.