Científicos revelan que en el corazón de la Amazonía se encontraron huellas fosilizadas de dinosaurios de más de 100 millones de años, un hallazgo que obliga a reescribir la prehistoria sudamericana y demuestra que la selva también fue territorio de gigantes prehistóricos.
Un descubrimiento sin precedentes
En noviembre de 2025, un equipo internacional de paleontólogos anunció el hallazgo de huellas fosilizadas de dinosaurios en la cuenca del río Tacutu, zona que forma parte de la vasta región amazónica. Las marcas, conservadas en una capa de sedimento de más de 100 millones de años, pertenecen al período Cretácico medio, época en la que los continentes empezaban a adoptarse a su configuración actual.
¿Qué revelan las huellas?
Las impresiones, que se extienden a lo largo de varios metros, muestran la disposición de los dedos y la forma de la planta del pie, indicadores clave para identificar grupos de dinosaurios. Los expertos sugieren que podrían corresponder a terópodos de gran tamaño, similares a los abeliscáuridos, y a saurópodos herbívoros, como los titanósaurios, que habitaban gran parte de Sudamérica durante el Cretácico.
Importancia para la paleontología sudamericana
Hasta ahora, la mayoría de los registros de dinosaurios en Sudamérica se concentraban en áreas del sur, como la Patagonia, y en la región andina. Este descubrimiento extiende el mapa de la distribución de los dinosaurios hacia la cuenca amazónica, una zona que, por su densa vegetación y clima húmedo, preserva pocos fósiles. La presencia de estos animales en la Amazonía sugiere que los ecosistemas fluviales y forestales del pasado eran capaces de sustentar una rica fauna dinosauria.
Contexto geológico
Durante el Cretácico medio, la cuenca del Amazonas estaba dominada por extensas llanuras de inundación y ríos caudalosos que depositaban finas capas de arcilla y limo. Estas condiciones favorecieron la fosilización de huellas, que quedaron protegidas bajo capas posteriores de sedimento.
Próximos pasos
El equipo planea realizar excavaciones sistemáticas para buscar restos óseos asociados y emplear técnicas de datación isotópica que confirmen la antigüedad exacta de las capas. Además, se busca colaborar con comunidades locales para proteger el sitio y convertirlo en un punto de interés científico y educativo.