Un atacante de origen afgano abrió fuego cerca de la Casa Blanca en julio de 2024, provocando la muerte de un miembro de la Guardia Nacional y generando una fuerte reacción del expresidente Donald Trump, quien exigió mayor control migratorio y el envío de tropas al interior de la capital.
Hechos del atentado
El 17 de julio de 2024 un hombre identificado como ex‑soldado afgano abrió fuego con un fusil de asalto en la zona de la Casa Blanca. El ataque dejó varios heridos y, según informó la Guardia Nacional, un guardia nacional falleció mientras atendía la emergencia.
Reacción del Presidente Trump
Donald Trump, quien había anunciado su candidatura a la presidencia, utilizó el suceso para criticar la política migratoria de Estados Unidos. En una conferencia de prensa, el exmandatario afirmó que “los inmigrantes están poniendo en riesgo la seguridad de los estadounidenses” y exigió el despliegue inmediato de tropas adicionales en Washington para garantizar el orden en las calles.
Vínculos del sospechoso con operaciones secretas
Según investigaciones del FBI, el atacante formó parte de las llamadas “Zero Units”, unidades clandestinas creadas durante la guerra en Afganistán y vinculadas a la CIA. Estas fuerzas operaban bajo la premisa de entrenar a milicias locales y, tras el conflicto, algunos de sus integrantes fueron reubicados en Estados Unidos.
Acciones de la autoridad
El FBI confirmó que el sospechoso tenía vínculos con las fuerzas estadounidenses en Afganistán y, tras el tiroteo, registró varias viviendas cercanas a la Casa Blanca como parte de la investigación. Además, la Guardia Nacional intensificó sus protocolos de seguridad y colaboró con el Departamento de Seguridad Nacional para reforzar la vigilancia en puntos críticos.
Impacto y contexto
El tiroteo reaviva el debate sobre la política de inmigración y el control de armas en Estados Unidos. Organizaciones de derechos humanos piden que las autoridades investiguen los procesos de reubicación de ex‑combatientes y que se garantice la transparencia en los operativos de la “Zero Units”. Mientras tanto, la comunidad de Washington sigue bajo estricta vigilancia y se esperan nuevas decisiones sobre el despliegue de tropas.