Las lluvias torrenciales que azotan el sudeste asiático han convertido gran parte de Indonesia en un mar de agua. Con más de 300 fallecidos, decenas de heridos y miles de personas trasladadas a albergues, la región enfrenta una carrera contra el tiempo para contener el desastre y atender a los damnificados.
Impacto humano y material
Las intensas precipitaciones que comenzaron a principios de noviembre de 2025 han provocado inundaciones sin precedentes en varias provincias indonesias, especialmente en Yakarta, Surabaya y la zona de Sumatra del Norte. Hasta la fecha, más de 300 personas han perdido la vida y decenas resultan heridas. Las autoridades han registrado más de 20.000 evacuados que se encuentran en centros de acogida temporales.
Alcance regional
El fenómeno meteorológico no se limitó a Indonesia. Según datos compilados por la Oficina de Gestión de Desastres de la ASEAN, el número total de fallecidos en el sudeste asiático asciende a cerca de 600 personas, con víctimas en Tailandia, Malasia y Sri Lanka. En Tailandia, por ejemplo, se estima que unas 150 mil personas fueron afectadas, y el gobierno ha iniciado labores de limpieza que se prolongarán varios meses.
Causas y contexto climático
Los expertos atribuyen la magnitud de las inundaciones a la combinación de dos factores: monzones extremos y el efecto amplificador del cambio climático. La temperatura del océano Pacífico ha registrado valores por encima de lo habitual, lo que intensifica la humedad atmosférica y genera lluvias más intensas y prolongadas. La región de Indonesia, situada en el cinturón de convergencia intertropical, es particularmente vulnerable a estos eventos.
Respuesta de autoridades y ayuda internacional
El gobierno indonesio declaró estado de emergencia en las provincias más afectadas y activó el Comité Nacional de Gestión de Desastres (BNPB). Se han desplegado más de 1.500 soldados, 200 helicópteros y unidades de rescate acuático para asistir a la población. Además, la ONU, la Cruz Roja y varios países vecinos han enviado equipos médicos, alimentos y materiales de construcción.
Desafíos pendientes
La principal prioridad es evitar nuevos colapsos de infraestructura, como represas y puentes debilitados por el agua. Las autoridades también deben garantizar el suministro de agua potable y la prevención de brotes de enfermedades como el dengue y el cólera, que suelen acompañar a las inundaciones prolongadas.
Qué pueden hacer los lectores
Se invita a la ciudadanía a contribuir con donaciones a través de los canales oficiales del BNPB y a evitar la difusión de información no verificada. Cada aporte ayuda a reconstruir viviendas, proveer alimentos y apoyar a los equipos de rescate que continúan trabajando 24/7 en la zona afectada.
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