El triple campeón mundial de Fórmula 1, Max Verstappen, afirmó que el título de 2025 tiene poco peso para él, pues su foco está en la evolución del coche, la sostenibilidad y los retos futuros del equipo.
Una temporada dominante
En la campaña 2025, el piloto neerlandés Max Verstappen ha vuelto a liderar la clasificación del World Drivers’ Championship con una ventaja considerable sobre sus rivales. Tras acumular más de la mitad de los puntos posibles, el campeón ha asegurado que el objetivo de levantar el trofeo ya no es el motor principal de su motivación.
¿Por qué el título «no importa»?
En una entrevista concedida después del Gran Premio de Abu Dabi, Verstappen explicó que, tras tres campeonatos consecutivos (2021‑2023) y una posición estable dentro de Red Bull Racing, su prioridad se ha desplazado hacia la innovación tecnológica y el compromiso medioambiental del equipo. El piloto destacó que el verdadero desafío es desarrollar un coche que siga siendo competitivo bajo las nuevas regulaciones de 2026, enfocadas en la sostenibilidad y la reducción de emisiones de CO₂.
Contexto histórico
Max Verstappen nació el 30 de septiembre de 1997 y surgió como una de las figuras más jóvenes en ganar el campeonato mundial, logrando su primer título en 2021. Su dominio continuó en 2022 y 2023, convirtiéndose en el piloto con más victorias en una sola temporada (15 en 2022). Ese historial le ha permitido consolidar una relación estrecha con Red Bull, que ahora apuesta por la reducción del uso de combustibles fósiles y la incorporación de componentes reciclados.
El futuro de la escudería
Red Bull ha anunciado planes para introducir un motor híbrido totalmente renovable a partir de la temporada 2026. Verstappen subrayó que el éxito del equipo dependerá de la capacidad de los ingenieros para equilibrar rendimiento y sostenibilidad, y que el título será una consecuencia natural de ese proceso, no el objetivo final.
Reacciones de la afición y la prensa
Los seguidores de Verstappen han recibido su postura con mixtas reacciones. Mientras algunos celebran la visión a largo plazo, otros recuerdan la tradición competitiva del deporte y la importancia simbólica del campeonato. En medios especializados, la opinión mayoritaria coincide en que la declaración resalta una evolución en la mentalidad de los deportistas de élite, que ahora contemplan también el legado más allá de la gloria inmediata.