Ante la escalada de impagos en hogares y pequeñas y medianas empresas, los principales bancos argentinos han decidido detener los aumentos de límites de crédito y activar líneas de refinanciación. La medida, anunciada en la reciente Cumbre de Banqueros, busca contener el riesgo crediticio y aliviar la presión financiera de miles de familias y emprendedores.
Paquete de medidas para frenar la morosidad
Los bancos más grandes del país han anunciado que detienen los aumentos de líneas de crédito para clientes con historial de pagos irregular. Al mismo tiempo, amplían la oferta de refinanciación mediante nuevos plazos y tasas ajustadas, con el objetivo de evitar que los deudores caigan en situaciones de sobreendeudamiento.
Contexto de la crisis de pagos
Según datos presentados en la Cumbre de Banqueros celebrada en Buenos Aires, la morosidad de familias y pymes ha alcanzado niveles que superan los 15% del total de créditos vigentes, una alza sostenida desde el segundo semestre de 2024. La combinación de inflación alta, salarios estancados y aumento de los costos de energía ha mermado la capacidad de pago de muchos hogares.
Refinanciación como respuesta estructural
Los nuevos productos de refinanciación incluyen:
- Plazos extendidos hasta 84 meses para créditos de consumo.
- Reducción de la tasa de interés variable en torno al 0,5% anual para clientes con buen historial.
- Posibilidad de consolidar deudas de tarjetas de crédito, préstamos personales y microcréditos en una única cuota.
Estas condiciones buscan disminuir la carga mensual y evitar la caída en mora de los clientes que ya están bajo presión financiera.
Impacto emocional y social
Estudios citados por medios como Tiempo Argentino y Diario Digital Conclusión subrayan el fuerte impacto emocional que la morosidad genera en los hogares: ansiedad, estrés y sensación de culpa al no poder cumplir con sus obligaciones. El sector bancario reconoce que, más allá del riesgo crediticio, la situación afecta la salud mental de los deudores.
Perspectivas a corto plazo
Los analistas coinciden en que la combinación de pausa de límites y refinanciación es una medida temporal. Se espera que, si la inflación se modera y el empleo se mantiene estable, la morosidad empiece a retroceder en el segundo semestre de 2025. Mientras tanto, los bancos continúan monitoreando de cerca el comportamiento de pago para ajustar sus políticas de riesgo.