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Milei afirma que su mandato es un contrato: “Si no resuelvo, deberían no renovarlo”

El presidente argentino Javier Milei declaró que su gobierno funciona como un contrato de solución de problemas y que, de no cumplir, sería razonable que no se le renovara. En la misma línea, defendió su plan económico y lanzó comentarios sobre su posible reelección y su relación con la historia política del país.

El contrato implícito del gobierno

Durante una entrevista difundida por Infobae, Javier Milei explicó que “me contrataron para resolver problemas; si no lo hago, estaría bien que no me renueven el contrato”. La metáfora refleja su visión del mandato presidencial como un acuerdo de desempeño, donde la continuidad depende de la solución de los desafíos económicos y sociales que enfrenta la Argentina.

Defensa del plan económico

En declaraciones a La Prensa Digital, Milei volvió a diferenciar su gestión de la del anterior presidente Mauricio Macri, afirmando que “no hizo el ajuste fiscal” que él propone. El ajuste fiscal es el proceso de recortar el gasto público y/o aumentar los ingresos tributarios para equilibrar las cuentas del Estado, una medida que para Milei es esencial para controlar la inflación y la deuda.

Visión sobre la historia política

Según una entrevista publicada por Perfil, el presidente añadió con humor que “si hubiera sido peronista, la mitad de las calles llevaría mi nombre”, subrayando su distancia de la tradición peronista y su intento de crear una nueva narrativa política.

Reelección y futuro

En diversas declaraciones recogidas por Cadena 3 Argentina y Clarín, Milei sostuvo que su reelección depende de los resultados: “Si fracaso, no deberían renovarme el contrato”. El mensaje está dirigido a los votantes y a su propio partido, planteando la reelección como una prueba de gestión más que como un derecho automático.

Contexto y repercusión

Las palabras de Milei han generado debate en opositores y analistas, quienes señalan que la analogía del contrato puede presionar al ejecutivo a priorizar resultados de corto plazo. Al mismo tiempo, el discurso refuerza la imagen de un mandatario que busca romper con la política tradicional y se presenta como un gestor de resultados.