Bloomberg indica que el gobierno argentino tiene planes para regresar al financiamiento externo a principios de 2026, aprovechando la estabilización macroeconómica y el apoyo del FMI. La medida busca diversificar fuentes de funding y reducir la presión del mercado interno, tras la última emisión internacional de agosto de 2022.
Contexto del mercado de deuda argentino
Argentina lleva más de una década sin acceder al mercado internacional de bonos tras la fuerte crisis de 2018 que culminó en un default de la deuda externa. La reestructuración de 2020 alivió parte de la carga, pero la confianza de los inversores internacionales se mantuvo limitada.
En agosto de 2022 el país emitió su última serie de bonos internacionales, recaudando aproximadamente US$1.5 mil millones. Esa operación marcó el primer paso tras años de aislamiento, pero la capacidad de financiarse de forma sostenida sigue siendo un desafío.
Lo que señala Bloomberg
Un informe de Bloomberg publicado a principios de diciembre de 2025 indica que el gobierno argentino está evaluando emitir nueva deuda a principios de 2026. Según la publicación, la decisión se sustenta en tres pilares:
- Mejora de los indicadores macroeconómicos, con una inflación en torno al 70 % prevista para 2025 y metas de reducción al 30 % para 2026.
- Avance en el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI), que contempla un desembolso de US$13 mil millones a lo largo de 2025‑2026.
- Fortalecimiento de reservas internacionales, que ya superan los US$9 mil millones, nivel suficiente para cubrir más de 3 meses de importaciones.
Implicancias para la economía
El retorno al mercado externo permitiría al Estado argentino:
- Obtener financiamiento a tasas más competitivas que las del mercado interno.
- Diversificar su estructura de deuda, reduciendo la exposición al dólar y a la volatilidad de los bonos locales.
- Mejorar su calificación crediticia, lo que a su vez facilitaría futuros accesos a capitales.
Desafíos pendientes
Aunque la perspectiva es alentadora, varios obstáculos persisten:
- La necesidad de demostrar disciplina fiscal y un plan de ajuste estructural sólido.
- El riesgo de que la inflación siga superando las proyecciones, erosionando la confianza de los inversores.
- La dependencia de los recursos del FMI y la presión de los grupos de la deuda para mantener condiciones favorables.
Perspectivas a corto plazo
En los próximos meses se espera la publicación de un plan de emisión detallado por parte del Ministerio de Economía, que incluirá el tamaño de la oferta, los plazos y los posibles instrumentos (bonos a tasa fija, bonos vinculados a la inflación, etc.). El anuncio oficial podría llegar antes de la primera quincena de enero de 2026, momento en que se iniciaría la colocación de los bonos.