Un estudio reciente revela que la proteína myostatina, conocida por limitar el crecimiento muscular, puede ser modulada para conservar la fuerza en adultos mayores. La investigación abre nuevas posibilidades para combatir la sarcopenia, la pérdida de masa y potencia muscular asociada al envejecimiento.
¿Qué es la myostatina?
La myostatina, también llamada GDF‑8 (factor de crecimiento diferencial 8), es una proteína que actúa como regulador negativo del crecimiento de los músculos esqueléticos. En condiciones normales, su presencia limita la hipertrofia muscular, evitando que el tejido muscular se expanda demasiado.
El hallazgo que cambia el panorama
Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de California, San Diego, y la Universidad de Leiden, en colaboración con un centro de salud geriátrico de los Países Bajos, publicó sus resultados en la revista Nature Aging (octubre 2025). En un ensayo controlado con ratones de 24 meses de edad (equivalente a un humano de aproximadamente 70 años), el bloqueo de la señalización de la myostatina mediante un anticuerpo monoclonal mantuvo la fuerza muscular en un 95 % de los animales, comparado con una disminución del 30 % en el grupo control.
Implicaciones para la salud humana
La pérdida de masa y fuerza muscular, conocida como sarcopenia, afecta a más del 15 % de la población mayor de 65 años y aumenta el riesgo de caídas, dependencia y costos sanitarios. Modificar la actividad de la myostatina podría ofrecer una estrategia terapéutica no invasiva para:
- Preservar la capacidad funcional y la autonomía de los adultos mayores.
- Reducir la incidencia de fracturas y hospitalizaciones relacionadas con caídas.
- Disminuir el gasto en cuidados a largo plazo.
Próximos pasos y ensayos clínicos
Tras los resultados prometedores en modelos animales, la farmacéutica biotech Myostatin Therapeutics ha iniciado una fase II de ensayo clínico con 120 participantes entre 65 y 80 años, evaluando la seguridad y eficacia de su fármaco mixto Myostatin‑Inhib‑X. Los resultados preliminares, esperados para mediados de 2026, determinarán si la intervención puede traducirse en mejoras medibles de la fuerza de agarre y la velocidad de caminata.
Conclusión
Si bien todavía se requiere confirmación en humanos, la capacidad de regular la myostatina representa una esperanza concreta para enfrentar la sarcopenia, una de las principales causas de discapacidad en la población envejecida. La comunidad científica y los pacientes esperan con optimismo los próximos hallazgos.
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