Un reconocido nutriólogo advierte que dos hábitos alimenticios erróneos, el consumo elevado de sodio y la ingesta insuficiente de fibra, impulsan significativamente el riesgo de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y cáncer, según datos de la OMS y estudios recientes.
Los dos errores alimentarios que ponen en juego la salud
El doctor Dr. Carlos Méndez, especialista en nutrición clínica, señaló que la población argentina presenta dos conductas alimenticias que favorecen la aparición de patologías crónicas:
- Exceso de sodio: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 5 g de sal al día. Sin embargo, estudios locales indican que el promedio argentino supera los 9 g, impulsado por alimentos procesados, embutidos y sopas instantáneas.
- Deficiencia de fibra dietética: la ingesta recomendada de fibra es de 25‑30 g diarios, mientras que la mayoría de los argentinos consumen alrededor de 15 g, principalmente por la baja incorporación de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
¿Por qué estos hábitos son peligrosos?
El sodio eleva la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo para infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Un estudio del WHO mostró que reducir la ingesta de sal en 5 g al día podría prevenir hasta 30 % de los casos de hipertensión a nivel mundial.
Por su parte, la fibra ayuda a regular la glucosa, controla el colesterol y favorece la salud del microbioma intestinal. La falta de fibra se ha asociado con un aumento del 20 % al 30 % en la incidencia de diabetes tipo 2 y con mayor riesgo de cáncer colorrectal, según la CDC.
Recomendaciones prácticas para corregir los errores
- Lee las etiquetas: busca productos con menos de 400 mg de sodio por porción y elige versiones bajas en sal.
- Prioriza alimentos frescos: incorpora al menos 5 porciones de frutas y verduras al día, y elige granos integrales como avena, quinoa o arroz integral.
- Cocina en casa: al preparar tus propias comidas puedes controlar la cantidad de sal y agregar fuentes de fibra como legumbres y semillas.
- Hidrátate adecuadamente: el consumo de agua ayuda a eliminar el exceso de sodio y favorece la digestión de la fibra.
Adoptar estos cambios simples puede reducir notablemente la exposición a factores de riesgo y mejorar la calidad de vida a largo plazo.