En la madrugada del 7 de diciembre de 2025, fuerzas aéreas tailandesas bombardearon la frontera con Camboya, provocando al menos cinco fallecimientos y obligando a miles de residentes a abandonar sus hogares. El episodio reaviva una disputa territorial que lleva décadas latente y pone en riesgo el alto al fuego firmado en 2022 con mediación estadounidense.
Contexto histórico
La frontera entre Thailandia y Camboya ha sido foco de tensiones desde la década de 1970, principalmente por la zona del templo de Preah Vihear y la delimitación de la línea de demarcación alrededor del lago Tonle Sap. Tras varios choques menores en 2020‑2023, en 2022 ambas naciones firmaron un alto al fuego supervisado por Estados Unidos, bajo la mediación del expresidente Donald Trump. Ese acuerdo buscaba establecer un mecanismo de intercambio de información y evitar la militarización de la zona.
Los ataques aéreos
Según fuentes de Clarin.com y Infobae, la madrugada del 7 de diciembre de 2025 aviones de la Fuerza Aérea Real tailandesa lanzaron una serie de bombardeos contra posiciones que, según Bangkok, albergaban a combatientes sospechosos de cruzar la frontera. Los ataques se concentraron en los distritos de Sa Kaeo (Tailandia) y Preah Vihear (Camboya).
Consecuencias humanas
Los primeros informes indican al menos cinco muertos, entre los que se encuentran dos soldados tailandeses y tres civiles camboyanos. La agencia DW señaló que cuatro civiles fallecieron directamente por los bombardeos. Además, se reportó la evacuación de **más de 3.000** residentes de comunidades fronterizas, que fueron trasladados a refugios temporales bajo la coordinación de la ONU y organizaciones humanitarias.
Reacciones internacionales
El gobierno camboyano denunció los bombardeos como una violación del alto al fuego de 2022 y pidió a la comunidad internacional que presione a Tailandia para que detenga la ofensiva. Por su parte, Bangkok argumentó que los ataques fueron una respuesta a la muerte de un soldado tailandés en enfrentamientos recientes. Naciones Unidas emitió un comunicado instando a ambas partes a retomar el diálogo y evitar una escalada que pudiera desestabilizar la región.
Perspectivas
Analistas de política exterior advierten que la situación podría desencadenar una espiral de violencia si no se restablece un canal de negociación efectivo. El futuro del alto al fuego dependerá de la voluntad de ambos gobiernos y del apoyo de actores externos, especialmente Estados Unidos y la ASEAN.
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