Una serie de denuncias sobre presunto fraude en las elecciones presidenciales de Honduras ha desencadenado una intensa disputa política, el reinicio del escrutinio y la intervención de figuras internacionales, entre ellas voces vinculadas al ex gobierno de Donald Trump.
Contexto electoral en Honduras
Honduras celebró sus elecciones presidenciales el 6 de noviembre de 2025. El candidato oficialista, presidente en funciones Xi, obtuvo la mayoría de los votos, pero el opositor Salvador Nasralla, líder del Partido Libre, cuestionó la transparencia del proceso.
Denuncias de fraude y “golpe electoral”
Nasralla declaró que la jornada electoral estuvo “viciada” y denunció lo que llamó un “golpe electoral”, señalando irregularidades en el recuento de votos y supuestas presiones sobre funcionarios electorales. Según sus pronunciamientos, los resultados oficiales podrían haber dejado fuera más de 20.000 votos a favor de la oposición.
Reapertura del conteo
El Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió reanudar el conteo el 9 de diciembre de 2025, tras la solicitud del Partido Libre y la presión de la sociedad civil. El proceso incluye un escrutinio “acta por acta” para garantizar la trazabilidad de cada voto.
Reacción del ex Gobierno de Donald Trump
Portavoces vinculados al ex presidente estadounidense, Donald Trump, emitieron declaraciones públicas señalando que las supuestas irregularidades en Honduras podrían afectar la estabilidad regional. Aunque el actual gobierno estadounidense no tiene una postura oficial, esas voces han generado controversia diplomática entre Washington y Tegucigalpa.
Acciones legales y demandas de nulidad
El Partido Libre, liderado por Rixi Moncada, ha presentado una solicitud formal ante la Corte Suprema de Justicia para anular los escrutinios realizados hasta la fecha, argumentando que el proceso no cumple con los estándares internacionales de transparencia.
Implicaciones y perspectivas
Las denuncias de fraude pueden desencadenar protestas masivas y presionar a las instituciones hondureñas a garantizar un proceso electoral más claro. Observadores internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), han anunciado que enviarán misiones de observación para monitorear el recuento y asegurar el respeto a los derechos democráticos.