El presidente chileno Gabriel Boric concluye su gestión con reformas sociales pendientes, un voto final en la Cámara y la urgencia de defender la democracia, mientras el país se prepara para la transición política en 2025.
Un mandato marcado por ambiciones progresistas frustradas
Desde su asunción en marzo de 2022, Gabriel Boric impulsó una agenda de cambios estructurales: reforma constitucional, ampliación de derechos sociales y política ambiental. Sin embargo, la falta de mayorías en el Congreso y la crisis económica limitaron la ejecución de varias propuestas, dejando pendientes reformas de educación, salud y pensiones.
El último voto como presidente
El 13 de diciembre de 2024, Boric emitió su voto final como presidente en la Cámara de Diputados, instando a los legisladores a “defender la democracia” frente a la polarización política. Este gesto fue reportado por Infobae y subrayó la intención del mandatario de preservar los avances institucionales antes de su partida.
Despedida oficial de La Moneda
En una ceremonia el 14 de diciembre de 2024, el presidente se despidió de la Casa de Gobierno, según El País, y anunció una “cuenta regresiva” para la entrega del poder. La Tercera informó que Boric inició una serie de actos simbólicos, entre ellos la visita a La Florida el 15 de diciembre, donde acompañó a su pareja, Paula Carrasco, a votar en las elecciones municipales.
La incertidumbre que queda
A pesar de los esfuerzos por consolidar la democracia, la salida de Boric deja una gran incógnita: ¿cómo continuará la agenda progresista bajo el próximo presidente? Los analistas destacan la necesidad de alianzas multipartidarias para evitar retrocesos en reformas clave.
Contexto institucional
Chile está próximo a una transición presidencial en marzo de 2026, cuando el nuevo mandatario asumirá la jefatura del Estado. El proceso de sucesión se realiza dentro del marco constitucional de 2022, que aún está en fase de revisión y aplicación.