En diciembre de 2025 el Ejecutivo argentino comenzó a distribuir la Asignación Tributaria Nacional (ATN) entre los gobernadores aliados, mientras se avecina una intensa discusión en el Congreso para aprobar el presupuesto de 2026. Las provincias reciben miles de millones y la negociación política se intensifica.
Distribución de la ATN: la jugada del Gobierno
El presidente Javier Milei dio inicio a la entrega de la Asignación Tributaria Nacional (ATN), un fondo de reparto fiscal que busca equilibrar los recursos entre la Nación y las provincias. En diciembre de 2025 se asignaron 23 mil millones de pesos a los gobernadores que apoyan la agenda del Ejecutivo, entre ellos los mandatarios de Passalacqua y Zdero.
La ATN funciona como un mecanismo de compensación que redistribuye los ingresos tributarios generados a nivel nacional, garantizando que cada jurisdicción cuente con recursos mínimos para prestar servicios esenciales. Su origen se remonta a la reforma constitucional de 1994, aunque su uso como herramienta política se ha intensificado en los últimos años.
Una batalla dura en el Congreso
Con la distribución del fondo, el Gobierno se prepara para enfrentar una “batalla dura” en la Cámara de Diputados y el Senado. El objetivo es lograr la aprobación del Presupuesto 2026, que incluye inversiones en infraestructura, seguridad y programas sociales. Sin el respaldo de los gobernadores, el Ejecutivo podría enfrentar bloqueos legislativos que retrasen la puesta en marcha del plan fiscal.
Beneficios para las provincias
Según el informe de Todo Noticias, tres provincias fueron las más favorecidas con los recursos nacionales en diciembre de 2025. Aunque los datos exactos no fueron divulgados en los comunicados oficiales, se destacó que la asignación permitirá financiar obras de obra pública, salud y educación en esas jurisdicciones.
Contexto político y económico
El reparto de la ATN se enmarca dentro de una estrategia del presidente Milei para consolidar una coalición de apoyo en el Congreso y garantizar la continuidad de sus reformas económicas. La medida ha sido calificada como “intercambio de votos” por analistas de La Nación y La Política Online, que señalan la importancia de los fondos para destrabar negociaciones con los gobernadores.
Mientras tanto, la oposición alerta sobre la posible dependencia de los fondos como herramienta de presión política, y llama a una mayor transparencia en la distribución de los recursos.
Perspectivas a futuro
Si el presupuesto 2026 logra su sanción, se espera un impulso a la inversión pública y a la estabilidad macroeconómica del país. Sin embargo, la firme oposición de sectores críticos y la necesidad de consenso dentro del Congreso mantienen la incertidumbre sobre la viabilidad del plan a mediano plazo.