La psicóloga y autora Marian Rojas Estapé publicó en Infobae una lista de 14 conductas habituales en personas mayores que, según ella, pueden resultar incómodas para familiares y cuidadores, ofreciendo una mirada reflexiva sobre los desafíos de la convivencia intergeneracional.
Una mirada experta a la convivencia con adultos mayores
En un artículo reciente de Infobae, Marian Rojas Estapé, psicóloga clínica, conferencista y autora de varios libros sobre envejecimiento, enumeró catorce hábitos que, según su experiencia profesional, pueden generar molestia o conflicto en el entorno de las personas mayores.
Contexto demográfico
Argentina, al igual que gran parte del mundo, vive un proceso de envejecimiento poblacional acelerado: según el INDEC, para 2025 el 18 % de la población supera los 65 años. Este fenómeno plantea nuevas dinámicas familiares y sociales, donde la comprensión mutua se vuelve clave.
¿Qué se entiende por «hábitos»?
En psicología, los hábitos son patrones de conducta aprendidos y repetidos de forma casi automática. Cuando estos patrones se desarrollan en etapas avanzadas de la vida, pueden influir tanto en la calidad de vida del adulto mayor como en la de quienes lo rodean.
Los 14 hábitos señalados
Sin entrar en una lista exhaustiva –para respetar la extensión del artículo original– Rojas Estapé destacó que los hábitos identificados incluyen, entre otros, la resistencia al cambio, la tendencia a la repetición de historias, el uso frecuente de expresiones de queja y la preferencia por la rutina rígida. También subrayó actitudes como la culpabilización de terceros y la exigencia de atención constante, que pueden tensionar la convivencia.
Implicancias para familiares y cuidadores
El mensaje central de Rojas Estapé es la necesidad de abordar estos hábitos con empatía y estrategias de comunicación. Recomienda ofrecer espacios de escucha activa, establecer límites claros y fomentar actividades que mantengan la autonomía de la persona mayor, evitando actitudes conflictivas.
Relevancia social
Esta reflexión llega en un momento crítico para políticas de salud y programas de apoyo a adultos mayores en Argentina, donde se busca equilibrar el cuidado institucional con la convivencia familiar. Entender los hábitos que pueden generar incomodidad ayuda a diseñar intervenciones más efectivas y a promover un envejecimiento activo y digno.