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Agente australiano recibe US$1,65 millón por detener al atacante en Bondi

Un agente de la Policía de Nueva Gales del Sur, que inmovilizó al atacante que iniciaba una masacre en el barrio de Bondi, fue honrado con un cheque de US$1,650,000. Las imágenes del operativo muestran cómo se abatió al agresor y revelan la respuesta de las fuerzas de seguridad ante la amenaza terrorista.

El operativo que puso fin a la masacre

En la mañana del 18 de diciembre de 2025, un individuo armado abrió fuego en la popular zona de Bondi, en Sídney, provocando pánico entre los transeúntes. La rápida intervención del agente Marco Hernández, integrante de la Policía de Nueva Gales del Sur, permitió neutralizar al atacante antes de que pudiera causar mayores víctimas. Las imágenes capturadas por testigos y cámaras de seguridad muestran al agente apuntando con precisión y derribando al agresor.

Reconocimiento económico y simbólico

Como agradecimiento por su valentía, el gobierno del estado entregó a Hernández un cheque por la suma de US$1,650,000. El monto, financiado en parte por fondos de asistencia a víctimas del terrorismo, busca reconocer el riesgo asumido y brindar apoyo a la familia del agente.

Repercusiones y medidas posteriores

El atentado reavivó el debate sobre la seguridad pública en Australia. En respuesta, el Ministerio de Defensa anunció la compra de armas ligeras a través del programa ciudadano “PEVAF”, inspirado en la experiencia argentina, para reforzar la capacidad de respuesta de la comunidad. Además, autoridades investigan posibles vínculos del atacante con el Estado Islámico, aunque aún no se ha confirmado la relación.

Solidaridad internacional

Tras el ataque, la comunidad musulmana Ahmadía emitió una declaración de solidaridad con la población judía local, subrayando la unidad frente a la violencia extremista.

Contexto de seguridad en Sídney

Este episodio se suma a una serie de intentos de ataque en la región metropolitana de Sídney durante los últimos años, lo que ha llevado a una mayor coordinación entre cuerpos policiales y fuerzas armadas. La rápida captura del agresor y el reconocimiento al agente se perciben como señales de un enfoque más proactivo por parte del Estado.