Sam Altman, CEO de OpenAI, reveló en el podcast de Alex Kantrowitz que la próxima generación de ChatGPT podrá recordar cada detalle de la vida de sus usuarios. La visión de una asistencia omnipresente despierta adicción, vínculos emocionales y profundos dilemas de privacidad, dependencia y regulación laboral.
Una memoria que lo recuerda todo
En una entrevista transmitida el 20 de diciembre de 2025, Sam Altman explicó que la inteligencia artificial de OpenAI está evolucionando hacia una memoria perfecta. Según el CEO, “la IA será capaz de recordar cada detalle de tu vida, incluso esas pequeñas preferencias que ni siquiera pensaste en indicar”. Esta capacidad, describió, hará que la interacción con ChatGPT sea “extremadamente adictiva”.
De herramienta a compañía
Altman señaló que cada vez más usuarios buscan más que una mera utilidad; desean una “relación profunda” con la IA, llegando a considerarla una forma de compañía. Reconoce que el espectro va desde una herramienta eficiente hasta vínculos emocionales intensos, y advierte que “algunas versiones pueden no ser saludables”. Propone que los adultos decidan libremente el nivel de intimidad, pero alerta sobre riesgos de dependencia.
Impacto en el trabajo
Respecto al mercado laboral, Altman asegura que la transición no será catastrofea, aunque será “difícil”. La automatización de tareas de conocimiento y la gestión de bots ya está cambiando roles tradicionales; en algunos casos, los gestores humanos pasan a coordinar agentes autónomos. Confía en la capacidad de adaptación y la creación de nuevos roles, pero advierte que el concepto mismo de “empleo” podría transformarse en las próximas décadas.
Dilemas éticos y de privacidad
El CEO subraya la necesidad de “modular la relación humano‑IA” y establecer límites claros. Destaca que OpenAI no permitirá que la IA convenza a alguien de mantener una relación romántica exclusiva. Además, advierte que podrían surgir usos peligrosos, como ayudar a fabricar armas biológicas o suministrar información militar. Señala que la regulación será un proceso experimental en el que la sociedad decidirá los límites.
El futuro de los asistentes inteligentes
Altman proyecta que en los próximos años los dispositivos pasarán de ser herramientas reactivas a asistentes proactivos que entiendan todo el contexto vital del usuario. Aunque reconoce la incertidumbre sobre hasta dónde debería llegar esta integración, insiste en que la sociedad debe mantener el control y definir normas claras.
Fuente: Infobae
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