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Argentina redefine su régimen cambiario: bandas atadas al IPC y nueva política monetaria 2026

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El Banco Central anunció que a partir del 1 de enero de 2026 las bandas cambiarias dejarán de ajustarse al 1 % mensual y pasarán a seguir la inflación del IPC. Al mismo tiempo, la política monetaria abandona la estrategia de “no emisión” y habilita la emisión de base monetaria para acumular reservas y expandir crédito. Un cambio que genera polémica entre economistas y críticos de la escuela austríaca.

Nuevo esquema de bandas cambiarias

Según el comunicado oficial del presidente del BCRA, Santiago Bausili, a partir del 1 de enero de 2026 las bandas del sistema cambiario se ajustarán según la inflación minorista (IPC) de los dos meses anteriores, sustituyendo el ajuste fijo del 1 % mensual que rige actualmente. Este mecanismo busca que el límite superior del tipo de cambio evolucione en función de la evolución de precios al consumidor.

Cambios en la política monetaria

El mismo anuncio indica que se abandona la política de “no emisión” y la ausencia de acumulación de reservas. En su lugar, el BCRA empezará a emitir base monetaria para:

  • Acumular reservas internacionales, con una meta de hasta US$10.000 millones en 2026.
  • Remonetizar la economía mediante la reducción de encajes bancarios y la expansión del crédito.

Esta estrategia se basa en la premisa de que la demanda de dinero es “sólida” y que el aumento de la oferta monetaria será absorbido por esa demanda, sin ejercer presiones inflacionarias.

Crítica desde la escuela austríaca

El columnista Diego Giacomini, profesor de la FCE‑UBA, advierte que el nuevo programa incurre en dos errores fundamentales según la escuela austríaca de economía:

  1. Presumir conocer la trayectoria futura de la demanda de dinero, la cual, según los austríacos, es subjetiva y cambiante.
  2. Suponer que los niveles pasados de agregados monetarios (base, M1, M2, M3) constituyen un equilibrio que se mantendrá.

Para los austríacos, la oferta monetaria no puede controlarse con precisión bajo un sistema de encaje fraccionario, y cualquier expansión excesiva genera inflación.

Implicaciones y riesgos

Los analistas financieros advierten que, si la inflación anual se sitúa cerca del 24 % (escenario base), la banda superior podría rondar los $1.915 al dólar oficial a finales de 2026. En escenarios más pesimistas, con inflación del 30 %, el techo podría acercarse a los $2.000. La efectividad del nuevo régimen dependerá de tres condiciones clave: disciplina fiscal, caída sostenida de la inflación y recuperación de la demanda de pesos.

Para los argentinos, la medida implica que el dólar oficial ya no se moverá de forma automática, sino que dependerá de la evolución del IPC y de la disponibilidad neta de divisas en el mercado. El debate está abierto y la expectativa es alta, tanto en los mercados como entre la ciudadanía que busca estabilidad cambiaria.

Fuente: Perfil.com

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