Un reciente sondeo privado revela que la creciente presión inflacionaria y la falta de ajustes salariales están llevando a los consumidores argentinos a focalizar sus gastos en artículos de primera necesidad, reduciendo la frecuencia y variedad de sus compras.
Contexto de la encuesta
Según un estudio realizado por una consultora privada y publicado en La Gaceta el 21 de diciembre de 2025, la pauta de consumo de los hogares argentinos está evolucionando hacia una mayor selectividad. El análisis parte de la premisa de que la combinación de alta inflación, salarios estancados y el encarecimiento de los insumos ha forzado a las familias a reorganizar sus prioridades de gasto.
Qué se observa en la práctica
Los resultados indican que los compradores están optando por productos esenciales como alimentos básicos, lácteos y artículos de higiene personal, mientras que reducen la adquisición de bienes considerados no esenciales, como bebidas alcohólicas, productos de ocio y algunos alimentos ultraprocesados. La distancia entre una compra y otra también se ha alargado, reflejando una menor frecuencia de visitas a los puntos de venta.
Factores que impulsan el cambio
El estudio señala varios elementos que explican este comportamiento:
- Inflación persistente: los precios continúan subiendo, erosionando el poder adquisitivo.
- Salarios sin ajustes: la mayoría de los salarios y jubilaciones se mantienen estancados respecto al año anterior.
- Endeudamiento creciente: un número importante de hogares destina parte de su aguinaldo y recursos mensuales al pago de deudas.
Repercusiones para el comercio
Los comercios están adaptándose a esta nueva dinámica, fomentando promociones y reforzando la presencia de marcas propias y de bajo costo, que han registrado aumentos de venta. Asimismo, los canales de proximidad (kioscos, farmacias y pequeños supermercados) siguen ganando relevancia al ofrecer precios más competitivos y mayor comodidad.
Perspectivas a futuro
Los analistas avisan que, mientras no se produzcan mejoras sustanciales en los salarios reales y la inflación se mantenga bajo control, la tendencia a priorizar productos esenciales probablemente se mantendrá, condicionando tanto la demanda como la oferta del sector retail.