El ex‑presidente Donald Trump ha intensificado su estrategia geopolítica en Venezuela, apuntando no solo al petróleo, sino también a los valiosos minerales críticos que podrían romper la dependencia de EE.UU. de China. La medida se inscribe dentro de un plan mayor de hegemonía en el Caribe y de asegurar recursos estratégicos para la defensa y la transición energética.
Contexto geopolítico de la nueva estrategia de Trump
Según la nota publicada el 22 de diciembre de 2025 en Página 12, la administración de Donald Trump está redefiniendo su enfoque hacia América Latina, dejando de lado la tradicional mirada hacia Europa y el Pacífico para concentrarse en el Caribe como epicentro de su “Destino Manifesto”.
Petróleo y recursos subterráneos: ¿por qué Venezuela?
Venezuela sigue siendo la mayor poseedora de reservas petroleras del mundo, estimadas en más de 300 mil millones de barriles. Sin embargo, el interés de Washington no se limita al crudo. El artículo destaca la importancia de los minerales críticos – también conocidos como tierras raras – que incluyen 17 elementos esenciales para la industria de defensa y la transición energética, entre ellos tantalio, niobio, galio, germanio y grafito.
China controla cerca del 70 % de la cadena de suministro global de estos minerales y procesa hasta el 90 % de los minerales de tierras raras del planeta. La dependencia estadounidense de estos recursos ha motivado a la Casa Blanca a buscar fuentes alternativas, y Venezuela emerge como una pieza clave.
El Arco Minero del Orinoco y el “oro azul”
En 2016, el presidente Nicolás Maduro decretó el Arco Minero del Orinoco, designando 112 000 km² para la extracción de coltán y otros minerales críticos descubiertos en la cuenca amazónica en 2009. El área alberga también importantes depósitos de estaño y tungsteno en el Escudo Guayanés.
Inversiones y alianzas empresariales estadounidenses
El gobierno de Trump ha fortalecido vínculos financieros con compañías dedicadas a la extracción y procesamiento de minerales críticos. Entre ellas destaca MP Materials, en la que el Pentágono se convirtió en accionista mayoritario tras una inversión superior a 400 millones de dólares. Otras firmas bajo la lupa de Washington son USA Rare Earth, Cove Capital, Critical Metal, así como startups como ReElement y Vulcan Elements (esta última vinculada a Donald Jr. Trump).
Implicaciones estratégicas y posibles escenarios
Washington justifica su presión sobre Caracas citando la supuesta presencia de grupos armados vinculados al ELN y a disidentes de las FARC en el noroeste del estado Bolívar, catalogados como terroristas y asociados al narcotráfico. La narrativa busca legitimar una posible escalada que podría pasar de una “guerra psicológica” a acciones militares directas, según el propio ex‑enviado especial Elliott Abrams.
En resumen, la disputa entre EE.UU. y China por el abastecimiento de minerales críticos podría fusionarse con la tradicional pugna por el petróleo, situando a Venezuela en el epicentro de un potencial conflicto geoestratégico de gran escala.