En 2024 Colombia cerró el año con un histórico 96,3% de la población adulta con al menos un producto financiero, según la Superintendencia Financiera. El avance confirma la masificación del acceso, pero revela nuevos retos: transformar ese acceso en uso efectivo, ampliar el crédito productivo y reducir brechas territoriales y de género.
Un hito cercano a la universalidad
Según datos oficiales de la Superintendencia Financiera, al cierre de 2024 el 96,3% de los adultos colombianos poseía al menos una cuenta de ahorro o un crédito, superando en 1,7 puntos porcentuales a la cifra de 2023. Este logro coloca al país entre los más inclusivos de América Latina.
Persisten desigualdades territoriales y de género
Aunque el acceso es alto, el uso de los productos financieros sigue concentrado en zonas urbanas. En áreas rurales la tenencia de productos se sitúa en 65,6% y su uso apenas alcanza el 53,4%, frente al 89,3% registrado en zonas urbanas. Las regiones del Caribe y Pacífico presentan los índices más bajos, evidenciando la necesidad de políticas focalizadas.
El crédito productivo como próximo desafío
El verdadero motor del desarrollo es el crédito productivo: financiamiento que permite a campesinos adquirir insumos, a emprendedores comprar maquinaria y a pequeñas empresas formalizar empleo. La banca tradicional ha mostrado una tendencia a priorizar segmentos de mayor rentabilidad, mientras que el sistema cooperativo financiero, por su vocación social y territorial, está llamado a liderar esta tarea.
Avances del cooperativismo financiero
En 2025 la Superintendencia de la Economía Solidaria autorizó la creación de tres nuevas Cooperativas de Ahorro y Crédito. Entre ellas destaca la primera cooperativa en el departamento del Cauca**, un hito que abre oportunidades financieras a comunidades rurales y a pequeños productores de la zona.
Política pública y fortalecimiento institucional
El enfoque gubernamental ha puesto énfasis en reforzar la solvencia, el control y la protección del ahorro en el sector solidario. Estas medidas buscan garantizar que la expansión del crédito productivo sea sostenible y realmente beneficie a los sectores más vulnerables.
Perspectivas para 2026
Convertir la alta tasa de inclusión en un acceso efectivo al crédito productivo es la prioridad. El objetivo es cerrar la brecha entre tenencia y uso, y lograr que al menos el 70% de la población rural tenga acceso y haga uso de productos financieros para impulsar su desarrollo económico.