Al terminar el 2025, la plata se posiciona como la gran sorpresa del mercado financiero. Tras un rally de más del 160 % durante el año, la onza alcanza cerca de US$75, con picos que superan los US$83. La demanda de tecnología, la reducción de tasas de la FED y la incertidumbre geopolítica impulsan este fenómeno sin precedentes.
Un año de explosión para el metal blanco
Durante 2025, la plata experimentó un crecimiento espectacular, superando el 160 % en su cotización. Iniciando el año alrededor de US$30 por onza, el precio cerró en torno a US$75, con un máximo intradía de US$83,75 alcanzado el 21 de noviembre.
Factores que impulsaron la subida
- Reducción de tasas de la Reserva Federal (FED): Tres recortes de intereses a lo largo del año favorecieron la liquidez global y la búsqueda de activos refugio.
- Demanda tecnológica: La expansión de centros de datos, la fabricación de paneles solares y la electrónica de alta gama incrementan el consumo de plata, un metal esencial en la conducción eléctrica.
- Incertidumbre geopolítica: Tensiones en Medio Oriente y la política comercial de EE. UU. generaron busca de activos reales.
Volatilidad y correcciones
El 21 de noviembre, la onza subió a US$83,75 y en cuestión de una hora cayó un 10 %, reflejando la naturaleza de mercado pequeño y altamente especulativo. Los márgenes de los futuros en el CME Group se incrementaron, obligando a los traders a aportar más garantías.
Perspectivas para 2026
Los analistas consideran que, mientras la FED mantenga su política de recortes moderados (posiblemente uno por semestre), la plata seguirá recibiendo impulso. No obstante, un repunte inesperado de tasas o un endurecimiento de normas de crédito podrían frenar el rally.
Impacto en la economía argentina
En el contexto local, la fuerte cotización internacional de la plata alimenta expectativas de mayores exportaciones. Según proyecciones, el pico exportador de 2032 podría superar los US$1.800 millones, posicionando al país como un actor relevante en el mercado global.
En resumen, la plata ha dejado de ser el “segundo” metal precioso para convertirse en protagonista estelar del cierre de 2025, con fundamentos estructurales que sugieren que su trayectoria ascendente podría continuar.
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