A partir del 2 de enero el dólar mayorista abrirá bajo un esquema de bandas móviles ajustadas por la inflación oficial, una medida clave del BCRA para frenar la apreciación real del peso y reactivar la compra de reservas en un contexto de alta presión cambiaria y vencimientos de deuda externa.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicó el 31 de diciembre de 2025 el plan de metas para 2026, que incluye la puesta en marcha de un nuevo régimen de bandas cambiarias que entrará en vigor el 2 de enero. A diferencia del esquema anterior, en el que la banda se ajustaba en un 1 por ciento mensual, ahora los límites se actualizarán cada mes según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) oficial del INDEC con dos meses de rezago.
Para enero se aplicará el IPC de noviembre, que registró una variación del 2,5 por ciento. Con el techo actual de $1.526 y el piso de $916, el ajuste debería situar el techo cercano a $1.564 para finales de enero, mientras que el límite inferior se mantendría en torno a $938. Se estima que la banda se ampliará en torno al 2,1 por ciento cada mes, según las proyecciones del Rem (Relevamiento de Expectativas de Mercado) elaborado por el propio BCRA con la participación de analistas y consultoras.
En la última sesión del año, el tipo de cambio mayorista cerró en $1.455 por dólar, tras registrar una suba acumulada de más del 40 por ciento durante 2025, superando ampliamente la inflación estimada del 19,6 por ciento. En el mercado de futuros, los contratos para febrero y marzo cotizan en $1.522 y $1.555 respectivamente, lo que indica expectativas de aumentos mensuales cercanos al 2 por ciento.
El objetivo central del nuevo esquema es corregir el atraso cambiario acumulado, evitar que el peso se revalorice en términos reales y reinstaurar al dólar como ancla nominal de precios. La política monetaria buscará simultáneamente la desinflación, la acumulación de reservas internacionales y la estabilidad financiera. El BCRA señaló que, para 2026, la meta de compra de divisas oscila entre los USD 10.000 y USD 17.000 millones, siempre que la demanda de dinero en la economía lo permita.
El contexto fiscal es crítico: el Tesoro debe enfrentar vencimientos de deuda por USD 4.225 millones el 9 de enero. Según informes, el Banco Central dispone de alrededor de USD 1.800 millones, mientras que el Tesoro cuenta con USD 1.900 millones y se espera la posibilidad de recurrir a operaciones de repo con bancos internacionales o ampliar el swap con Estados Unidos para cubrir el déficit.
Otro punto de atención será la demanda de divisas vinculada al turismo emisivo, que tradicionalmente se intensifica en el verano y puede presionar al alza el tipo de cambio. Los analistas advierten que la disciplina fiscal, el respaldo político después de las elecciones de medio término y la capacidad de acceder a los mercados internacionales de deuda serán determinantes para que el nuevo régimen de bandas cumpla sus metas.
En paralelo, se prevé la liberación de los depósitos menores a USD 100.000 provenientes del último blanqueo, alojados en las Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA), cuyo volumen supera los USD 20.000 millones, lo que podría generar un impulso adicional a la inversión financiera e inmobiliaria.
El nuevo esquema de bandas cambiarias representa la pieza central de la estrategia del Gobierno y del BCRA para estabilizar la economía, reforzar las reservas y sentar las bases de un crecimiento sostenible en 2026.