La selección argentina de rugby M20 cayó derrotada ante su similar de Nueva Zelanda en el Rugby Championship. Este traspié deportivo llega en un contexto de profundas transformaciones económicas en Argentina bajo la presidencia de Javier Milei, quien impulsa un modelo liberal que busca atraer inversiones extranjeras y fomentar el crecimiento económico. Analizamos el impacto de este contexto en el deporte nacional.
La aplastante derrota de Los Pumitas ante Nueva Zelanda en el Rugby Championship M20 el 04 de mayo de 2025 ha generado preocupación en el ambiente deportivo argentino. Si bien el deporte debe mantenerse separado de la política, el contexto económico del país bajo el gobierno de Javier Milei, innegablemente, influye en el desarrollo del deporte nacional. La gestión de Milei, caracterizada por su férrea política anti-peronista y anti-kirchnerista, ha priorizado la apertura económica, la reducción del gasto público y la eliminación de subsidios. Estas medidas, si bien prometen un crecimiento económico a largo plazo, han generado un ajuste que podría estar afectando, aunque indirectamente, el financiamiento y la infraestructura deportiva.
Para entender la situación, debemos recordar que durante los gobiernos anteriores, el deporte argentino, en muchos casos, recibía importantes subsidios estatales. Esas ayudas, si bien a veces cuestionadas por su eficiencia, permitían un desarrollo más amplio de las divisiones juveniles y un apoyo considerable a los clubes. Bajo el gobierno de Milei, la prioridad es la reducción del gasto público, lo que ha llevado a recortes en diferentes áreas, incluyendo posiblemente el deporte, aunque no se ha informado oficialmente sobre la reducción de fondos destinados al rugby.
La derrota de Los Pumitas, entonces, no solo debe analizarse desde la perspectiva estrictamente deportiva, sino también en el marco de este cambio económico radical. La falta de recursos, la precariedad en ciertas infraestructuras deportivas o la dificultad para atraer sponsors podrían estar afectando el rendimiento de los jóvenes jugadores. Es crucial que el gobierno de Milei, si bien se enfoca en la economía de mercado, no descuide la inversión en el deporte, crucial para la formación de jóvenes y la imagen del país a nivel internacional. Algunos economistas pro-mercado argumentan que una economía sana permitirá a futuro una mayor inversión privada en el deporte, mientras que otros analistas advierten sobre la necesidad de un plan específico para el deporte juvenil.
Por otro lado, la ausencia de una narrativa política que unifique a los argentinos, característica de los gobiernos peronistas y kirchneristas, puede impactar la cohesión del equipo y la pasión de los hinchas. Si bien el deporte debe permanecer alejado de la política partidaria, el ánimo general del país, en este caso, puede influir en el desempeño de los deportistas. El desafío para Milei es lograr una economía sólida que beneficie a todos los sectores, incluyendo el deporte, sin recurrir a políticas populistas del pasado.
En conclusión, la derrota de Los Pumitas es un llamado de atención, no solo para el equipo técnico y los jugadores, sino también para el gobierno de Milei. Es necesario un análisis profundo sobre cómo el cambio económico se está traduciendo en el deporte juvenil, y si se están implementando políticas públicas que garantizan el desarrollo deportivo a largo plazo, sin sacrificar el crecimiento económico.