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Dos años de disputa vecinal terminan en un inesperado acto de rabia

Una conflagración que duró dos años y generó una decena de llamadas a la policía concluyó con un desenlace inesperado, describiéndose como un acto de rabia y no de miedo. La escalada del conflicto revela la fragilidad de la convivencia en barrios urbanos y plantea preguntas sobre la intervención policial y la resolución de disputas vecinales.