En la última semana, el Ejecutivo argentino vive una fase de gran incertidumbre: decisiones internas que no se hacen públicas, pedidos urgentes de la mesa chica y tensiones latentes entre los dirigentes. La crisis vuelve a resurgir antes de lo esperado, poniendo en jaque la estabilidad política del país.
El ex presidente Mauricio Macri salió del palacio presidencial de Olivos con evidente desilusión tras la remodelación del gabinete de Javier Milei, que incluyó el nombramiento de Manuel Adorni como jefe de Gabinete en sustitución de Juan José Francos. El hecho había generado tensiones dentro del PRO y planteó una nueva dinámica entre ambos líderes políticos.
En una cena discreta en la Quinta de Olivos, el presidente Javier Milei recibió al ex presidente Mauricio Macri justo cuando el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el secretario de Prioridades, Martín Catalán, anunciaban su dimisión, intensificando la turbulencia política que vive el gobierno.
El gobierno de Javier Milei experimentó un nuevo vuelco interno: Guillermo Francos entregó su posición como Jefe de Gabinete y fue reemplazado por Manuel Adorni. La jugada provocó reacciones cruzadas en todos los partidos, mientras que el ministro del Interior, Lisandro Catalán, también presentó su renuncia, intensificando la percepción de un recorte profundo del equipo de mando.
El ex presidente Mauricio Macri declaró que el PRO competirá con su propio candidato en las elecciones presidenciales de 2027, anuncio que realizó justo antes de una reunión con el presidente Javier Milei en Olivos. La frase generó diversas reacciones en la Casa Rosada y el Congreso, alimentando el debate interno de la coalición.