Una oleada de misiles y drones rusos impactó simultáneamente a Kiev, Járkov y Odesa, dejando al menos cuatro muertos y decenas de heridos. El ataque, calificado de “masivo” por varios medios internacionales, ha generado una condena enérgica de la ONU y aviva la tensión en el conflicto este‑ucraniano.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, volvió a solicitar a sus socios europeos que aumenten la presión sobre Moscú luego de una serie de ataques coordinados que dejaron sin energía a gran parte del país, incluidas infraestructuras nucleares y térmicas. La petición ocurre en medio de una ofensiva rusa que involucró cientos de drones y misiles, ampliando la crisis humanitaria y energética.
En la última jornada, una serie de ataques de las fuerzas rusas sobre territorio ucraniano cobró al menos cuatro vidas y dejó a decenas de personas heridas, entre ellas niños. El Gobierno de Ucrania denunció enérgicamente el terrorismo ruso y pidió una respuesta firme de la comunidad internacional para frenar la escalada de violencia.
Una pareja de jubilados desapareció mientras transitaba por una ruta de Chubut. Sus hijas sostienen que fueron interceptados para ser asaltados. La búsqueda, que ya cuenta con cerca de sesenta efectivos, incluye policías, perros adiestrados y drones, y se extiende entre cañadones y una carretera muy transitada de la Patagonia.
El 15 de octubre, la guerra se volvió aún más ardiendo cuando Ucrania atacó una terminal petrolera rusa en Crimea, desencadenando un incendio enorme en un punto militar crítico. Al mismo tiempo, el ex‑presidente Trump anunció que verá a Zelenski este viernes, y rumor dice que Erdogan podría intervenir… la trama se espesa en más de un escenario.