Apenas un día después de la última tregua, Hamás entrega ocho cuerpos a Israel. El ministro de Defensa, en un estilo que recuerda al de un guionista de telenovela, afirma que ninguno de los fallecidos era rehén. La disputa se intensifica cuando los palestinos aseguran que no hay acceso a restos de otros rehenes. En medio del silencio, la frontera se pone a la vista como nueva escena de ajedrez geopolítico.
En un giro digno de telenovela, Israel ha señalado que un cuerpo entregado por Hamas no forma parte de los secuestrados, mientras el retraso en la entrega de restos de rehenes estira la cuerda del acuerdo de paz. Al mismo tiempo, se entregan 45 cuerpos de palestinos y se planea reabrir un cruce fronterizo clave para la ayuda a Gaza.
El 10 de julio de 2024, los últimos rehenes israelíes fueron liberados tras una ofensiva final en Gaza. La noticia se convirtió en un espectáculo político: lágrimas, abrazos, himnos y, para sorpresa de muchos, un desfile improvisado de celebración en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv. Mientras la calle vibraba, la prensa notaba también las críticas y la falta de un acuerdo previo.
El Ministerio de Defensa israelí anunció el 10 de octubre que cientos de rehenes tomados por Hamas durante la guerra de Gaza serían liberados de madrugada. La operación, parte de un acuerdo de alto fuego firmado entre las partes, marca un hito importante tras más de un año de enfrentamiento que ha generado miles de muertos y desplazados en la región.
El mandatario argentino Javier Merz aterrizó en El Cairo para firmar el acuerdo de paz sobre Gaza junto a delegaciones de Israel, Hamas y la ONU, marcando un hito histórico que busca poner fin a los hostilidades y abrir la puerta a una administración regional sostenida. La iniciativa, respaldada por diversas naciones, subraya el compromiso de la comunidad internacional con la reconciliación y la reconstrucción, y suena como un precedente para futuros esfuerzos diplomáticos en la región.