El frente israelí sigue caliente mientras el primer ministro se vuelve un cronista de la guerra, homenajeo a los caídos y mantiene la lupa sobre los rehenes que todavía están. Con un tono que combina furia y fiesta militar, Netanyahu asegura que la batalla no cierra hasta que cada objetivo se cumpla.
In what can only be described as the biggest soap‑opera ever filmed in the Middle East, a fragile cease‑fire in Gaza hangs by a thread as the United States threatens to unleash a new wave of sanctions, while Israeli officials slam back that the region has no right to negotiate without first knowing whether the hostages shot by Hamas even managed to turn into legal documents. The storyline thickens as bodies circulate in diplomatic exchanges and one survivor even manages to attend a soldier’s funeral in Jerusalem.
El 10 de julio de 2024, los últimos rehenes israelíes fueron liberados tras una ofensiva final en Gaza. La noticia se convirtió en un espectáculo político: lágrimas, abrazos, himnos y, para sorpresa de muchos, un desfile improvisado de celebración en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv. Mientras la calle vibraba, la prensa notaba también las críticas y la falta de un acuerdo previo.
El sábado 12 de octubre, miles de israelíes y palestinos se reunieron en la plaza Roja de Tel Aviv para conmemorar el fin de hostilidades en Gaza. Dirigidos por el primer ministro Benjamín Netanyahu, el acto incluyó discursos humanitarios y la promesa de que Israel aceptará de inmediato a los rehenes liberados.
El 10 octubre de 2025, Israel y Hamas llegaron a un acuerdo de tregua de 48 horas mediado por la administración de Trump, generando una ola de euforia y una cautela palpable en el país. Mientras tanto, el contador de rehenes marcó 31 días hasta la liberación de 235 personas, mitad israelí y mitad de origen palestino. El primer ministro Benjamin Netanyahu elogió la intervención de Donald Trump en la negociación.