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Cónclave Papal: Tensiones y un Plan B ante la Incertidumbre por Parolin

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A pocos días del cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, la Curia enfrenta divisiones y rumores sobre el posible fracaso de la candidatura del cardenal Pietro Parolin. Mientras la confusión reina entre los cardenales, un plan alternativo toma forma, con nombres de posibles ‘papables’ italianos en el radar. La Iglesia Católica se prepara para un momento histórico.

El Vaticano vive días de alta tensión mientras se aproxima el cónclave que definirá al próximo líder de la Iglesia Católica, tras la renuncia o eventual fallecimiento del Papa Francisco, quien ha enfrentado problemas de salud en los últimos años. En este contexto, el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano y considerado uno de los principales candidatos, enfrenta obstáculos que podrían frustrar su ascenso al trono de San Pedro. Fuentes cercanas a la Curia Romana han revelado que su perfil, aunque sólido por su experiencia diplomática y cercanía con Francisco, no logra un consenso unánime entre los cardenales electores, lo que ha llevado a la formulación de un ‘plan B’.

La falta de acuerdo entre los purpurados se ha hecho evidente en los días previos al cónclave, con reportes de divisiones entre sectores progresistas y conservadores. Según el diario español El País, estas fricciones han consolidado un ambiente de incertidumbre, mientras el tiempo para llegar a un entendimiento se agota. Además, rumores y versiones contradictorias han inundado los pasillos vaticanos, incluyendo la misteriosa ausencia de un ‘papable’ no identificado, lo que ha generado aún más confusión, como reportó Clarín.

Ante este panorama, la prensa italiana, como Ámbito Financiero, ha señalado a tres cardenales del país como posibles alternativas: Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y conocido por su trabajo en la mediación de conflictos; Angelo De Donatis, vicario general de Roma; y Mauro Gambetti, custodio del convento de Asís. Estos nombres representan una vuelta a la tradición de elegir un Papa italiano, algo que no ocurre desde Juan Pablo I en 1978, tras casi medio siglo de pontífices no italianos.

El cardenal Zuppi, de 68 años, es visto como un candidato progresista, alineado con las prioridades de Francisco, como la inclusión y el diálogo interreligioso. Por su parte, De Donatis, de 69 años, tiene un perfil más pastoral, con un profundo conocimiento de la diócesis de Roma, un factor históricamente relevante. Gambetti, de 58 años, es el más joven y simboliza un enfoque renovador, aunque su falta de experiencia en altos cargos podría ser un obstáculo.

Mientras tanto, los ‘rumores venenosos’, como los describe La Nación, y las especulaciones sobre el cónclave han añadido un velo de intriga a este proceso. La Curia, consciente de la necesidad de proyectar unidad, trabaja contrarreloj para evitar un cónclave prolongado que pueda dañar la imagen de la Iglesia en un mundo que observa con atención. El sistema de votación, que requiere una mayoría de dos tercios entre los cardenales electores (menores de 80 años, actualmente 120), hace que el consenso sea un desafío monumental.

La historia reciente de los cónclaves, como el de 2013 que eligió a Jorge Mario Bergoglio, demuestra que las predicciones son difíciles y que el Espíritu Santo, como dicen los creyentes, puede sorprender con su elección. Por ahora, el humo blanco que anunciará al nuevo Papa sigue siendo un misterio, mientras el Vaticano se prepara para un capítulo crucial en su milenaria historia.

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