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León XIV concluye su histórico primer viaje apostólico con mensajes clave para Líbano y Palestina

El Papa León XIV volvió a Roma tras una intensa gira internacional que lo llevó a Beirut, donde reunió a 150 mil personas, pidió justicia por la tragedia del puerto, urgió el fin de la violencia en Líbano y defendió la creación de un Estado palestino como solución al conflicto con Israel.

Un regreso triunfal a la Ciudad del Vaticano

Tras varios días de itinerancia, el pontífice León XIV aterrizó en Roma, poniendo punto final a su primer Viaje Apostólico internacional. El evento, cubierto por Vatican News, marcó el cierre de una agenda que incluyó encuentros ecuménicos, visitas a comunidades vulnerables y declaraciones de gran peso político y social.

Beirut: 150 mil fieles y la demanda de justicia

En la capital libanesa, el Papa congregó a alrededor de 150 000 personas en la Plaza de la Madre de Dios, donde pronunció un emotivo discurso. Entre sus peticiones, destacó la necesidad de «justicia para las víctimas de la explosión del puerto de Beirut en 2020», recordando el dolor que aún persiste en la población.

Un llamado al cese de la violencia en Líbano

León XIV también utilizó su visita para implorar el fin de «los ataques y las hostilidades» que continúan afectando al país. Su mensaje, difundido por La Nación, subrayó la responsabilidad de todos los actores involucrados para crear un clima de paz y reconciliación.

Defensa de un Estado palestino como única solución

En un pronunciamiento publicado por el diario Perfil, el Papa sostuvo que la creación de un Estado palestino constituye «la única solución» al prolongado conflicto con Israel. La posición del pontífice refuerza la posición de la Santa Sede a favor de una solución de dos Estados basada en la autodeterminación y el derecho internacional.

Impacto global y perspectivas futuras

El viaje de León XIV, aunque breve, ha generado repercusiones en la agenda internacional. Sus intervenciones en Líbano y Palestina reavivaron debates diplomáticos y humanitarios, mientras que su llamado a la justicia en Beirut recordó la necesidad de respuestas institucionales a tragedias pasadas.

Los observadores anticipan que el pontífice continuará utilizando su autoridad moral para influir en procesos de paz y justicia en regiones en conflicto, consolidándose como una voz relevante en la política mundial del siglo XXI.