Dos aviones de combate F/A‑18 Super Hornet de la Armada estadounidense cruzaron el espacio aéreo venezolano durante 40 minutos el 8 de diciembre de 2025, generando una fuerte tensión diplomática entre Washington y Caracas y reavivando la disputa por el control del Golfo de Venezuela.
Hecho central
Según fuentes oficiales de la Fuerza Aérea de Venezuela y reportes de medios internacionales, el 8 de diciembre de 2025 dos cazas F/A‑18 Super Hornet de EE UU ingresaron al espacio aéreo venezolano por el sector sur del Golfo de Venezuela. Los aviones permanecieron en la zona durante aproximadamente 40 minutos antes de abandonar el espacio nacional sin incidentes armados.
Detalle del sobrevuelo
Los F‑18, diseñados para misiones de superioridad aérea y ataque a tierra, fueron detectados por los radares venezolanos a una altitud de 12 000 pies. El Ministerio de Defensa de Venezuela emitió una alerta de violación del espacio aéreo y solicitó explicaciones al gobierno estadounidense. La Armada de EE UU, a través de su portavoz, confirmó que los aviones estaban realizando una “operación de vigilancia rutinaria” en la región del Caribe, sin intención de provocación.
Contexto geopolítico
La maniobra se produce en medio de una escalada de tensiones entre ambos países. Desde 2022 EE UU ha impuesto sanciones a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro por supuestos actos de represión y el apoyo a grupos armados en la frontera con Colombia. Por su parte, Venezuela ha denunciado repetidas incursiones de aviones militares estadounidenses en sus fronteras aéreas y marítimas, catalogándolas como violaciones de la soberanía.
Implicaciones para la seguridad regional
El Golfo de Venezuela alberga importantes reservas de petróleo y es una vía estratégica para el tránsito de hidrocarburos. La presencia de aviones de combate estadounidenses en la zona genera preocupación en la comunidad internacional, que teme una posible escalada militar que podría afectar la estabilidad del mercado energético.
Reacciones internacionales
Organismos como la OEA y la ONU han llamado a la calma y al diálogo diplomático. Sin embargo, analistas de defensa advierten que la acción podría ser una señal de presión para influir en futuras negociaciones sobre la liberación de opositores políticos y la apertura de la economía venezolana.