Ir al contenido
Portada » Argentina accede nuevamente al mercado internacional de deuda en 2024

Argentina accede nuevamente al mercado internacional de deuda en 2024

Tras años de dificultades, el gobierno argentino volvió a colocar bonos en los mercados internacionales en julio de 2024, recaudando 2.75 mil millones de dólares. La operación está vinculada al control de reservas, la caída del riesgo país y los planes para una nueva emisión en 2026.

Antecedentes históricos

Argentina ha enfrentado una serie de incumplimientos y reestructuraciones de deuda desde 2001. Tras la moratoria de 2020, el país buscó recuperar la confianza de los inversionistas internacionales mediante acuerdos con el FMI y la estabilización de sus reservas cambiarias.

La última salida al mercado internacional

Según datos del Ministerio de Economía, la última emisión de deuda soberana en los mercados internacionales se realizó en julio de 2024. En esa colocación se recaudaron 2.75 mil millones de dólares mediante bonos en dólares con vencimientos a 10 y 30 años. La operación contó con la participación de bancos de inversión globales y fondos soberanos, y fue considerada exitosa por reducir el costo promedio de financiamiento del país.

Contexto macroeconómico actual

En diciembre de 2025, las reservas internacionales de Argentina superan los 30 mil millones de dólares, lo que ha permitido bajar el “riesgo país” a alrededor del 1 200 puntos básicos, según analistas de Bloomberg y el Banco Central. Esta acumulación de reservas es clave para demostrar capacidad de pago y habilitar futuros accesos al financiamiento externo.

Perspectivas y próximos pasos

El gobierno ya anunció una próxima emisión de deuda para 2026, con el objetivo de diversificar su perfil de financiamiento y alejarse de la reputación de “defaulteador” que ha afectado la percepción de los mercados. Las expectativas apuntan a una emisión de entre 3 y 4 mil millones de dólares, con foco en instrumentos de corto y mediano plazo.

Conclusión

La colocación de julio 2024 marcó un hito importante para la economía argentina, abriendo la puerta a una nueva etapa de financiamiento externo respaldada por reservas sólidas y una creciente confianza de los inversionistas. El desafío ahora es mantener la disciplina fiscal y monetaria para consolidar este avance y garantizar una carga de deuda sostenible a largo plazo.