Los pistachos, conocidos como “oro verde”, están transformando la agroindustria argentina. Con una demanda global en alza, impulsada por el auge del chocolate en Dubái, y récords de exportación en el ciclo 2024/25, la provincia de Mendoza lidera la producción. Inversores apuntan a este cultivo como una oportunidad de retornos muy superiores a los tradicionales frutos secos.
El pistacho: el “oro verde” argentino
Los pistachos se han convertido en el producto estrella de la agricultura del país. Al ser un fruto seco de alto valor nutricional y de gran demanda en la industria del chocolate y la confitería, ha sido apodado el “oro verde” por su potencial de generación de ingresos.
Demanda internacional impulsada por el chocolate de Dubái
El crecimiento del consumo de chocolate premium en los Emiratos Árabes Unidos ha disparado la necesidad de pistachos de calidad. Dubái, centrada en la elaboración de bombones y barras gourmet, está dispuesta a pagar precios superiores, lo que incentiva a los productores argentinos a orientar sus cultivos a este mercado.
Crecimiento y exportaciones récord en el ciclo agrícola 2024/25
Según datos del sector, el ciclo 2024/25 registró las exportaciones de pistacho más altas de toda la historia de Argentina. Esa cifra histórica refleja tanto la expansión de superficies cultivadas como la mejora de la calidad del producto, alineándose con los estándares internacionales.
Mendoza lidera la producción de frutos secos
La provincia de Mendoza se ha consolidado como la principal zona productora de frutos secos del país, destacándose en la siembra de nueces, almendras y, por supuesto, pistachos. Las condiciones climáticas de la región –veranos cálidos y suelos bien drenados– favorecen el desarrollo óptimo del árbol.
¿Por qué los inversores consideran al pistacho un negocio de altos retornos?
El cultivo del pistacho requiere una inversión inicial mayor que la de otros frutos secos, pero su ciclo productivo más largo permite obtener precios premium en el mercado internacional. Además, la diversificación de usos (confitería, repostería, snack) y la tendencia global hacia alimentos saludables otorgan una mayor estabilidad de precios.
En resumen, el pistacho se perfila como una oportunidad rentable para productores y capitales que buscan diversificar sus inversiones agrícolas dentro de un marco de creciente demanda global.