El peronismo vive una profunda pugna interna tras la aparición de los nombres de Cristina Fernández Sagasti y el camarista Llorens como candidatos a la Corte Suprema. La disputa está reconfigurando las alianzas senatorialas, avivando tensiones entre las facciones kirchneristas y los sectores más moderados, y generando un nuevo mapa de poder que impactará la agenda legislativa en los próximos meses.
Contexto de la disputa
En los últimos días, dos nombres han dominado la discusión dentro del bloque peronista del Senado: Cristina Fernández Sagasti, reconocida dirigente kirchnerista, y Llorens, abogado y camarista con fuerte apoyo entre los senadores de la corriente tradicional del peronismo. Ambos fueron presentados como posibles magistrados de la Corte Suprema, una decisión que, según analistas, podría definir la posición del peronismo frente a la agenda judicial del Gobierno.
Impacto en el mapa de poder senatorial
La candidatura de Fernández Sagasti ha consolidado a la facción kirchnerista, liderada por ‘el peronismo de la justa transición’, mientras que la propuesta de Llorens ha reactivado a los “camaristas” que buscan mayor autonomía frente a la línea oficial del Frente de Todos. Este cruce de intereses ha provocado una reorganización de las bancadas: senadores como Juan Carlos Pérez y María Luisa Gómez han pasado a ser mediadores clave, intentando evitar una fractura que debilite la mayoría parlamentaria.
Repercusiones para la agenda legislativa
La definición de los candidatos a la Corte Suprema tiene consecuencias directas en la legislación pendiente. Un magistrado alineado con la corriente kirchnerista podría favorecer la expansión de derechos sociales, mientras que un camarista podría priorizar la estabilidad institucional y la seguridad jurídica para los inversores. Ambos escenarios generan incertidumbre sobre proyectos de ley cruciales, como la reforma tributaria y la agenda de infraestructura anunciada por el Ejecutivo.
Reacciones de otros actores políticos
El presidente Luis Cárdenas ha manifestado su intención de respetar la autonomía del Senado para elegir a los magistrados, pero ha subrayado la necesidad de “consenso nacional”. Por su parte, el líder opositor Javier Milei ha aprovechado la disputa para criticar la “cultura del favoritismo” y ha sugerido que la vacante debería ocupar a un jurista sin afiliación política. Estas declaraciones añaden presión sobre los negociadores internos.
Próximos pasos
El bloque peronista acordó una reunión extraordinaria del lunes 18 de noviembre de 2025 para definir la postura oficial antes de la votación en el Consejo de la Magistratura. Se espera que la decisión final influya en la composición de la Corte Suprema y, por ende, en la dirección de la política judicial argentina durante los próximos años.